La caravana del Éxodo de la Pobreza, pidió diálogo y atención al gobierno mexicano, para las 6.000 personas que van caminando especialmente mujeres y niños que han avanzado unos 70 kilómetros desde Tapachula a Escuintla, en el marco de la visita de una delegación estadounidense para abordar el repunte migratorio con el gobierno mexicano.
El Coordinador General del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, informó que la frontera sur, no es el patio trasero de nadie, que las mujeres, niños y familias migrantes no son moneda de cambio de sus diferencias políticas, ideológicas y electorales.
“No, creemos que haya un beneficio, creemos que debe haber un razonamiento y una razón humana para mitigar esta problemática, que es este éxodo de la pobreza, este control que tiene migración, se soluciona con darnos un documento con el cual, podamos permanecer en el país, como lo establece la ley, vamos a esperar hoy y nos vamos a pronunciar respeto a los políticos”
El migrante de Honduras, José Carlos, quien sostiene a su hijo en brazos en Escuintla, pidió a los gobiernos de México y Estados Unidos, dejarlos migrar de manera legal, porque son personas que huyen de la miseria, de las pandillas y lo que buscan es poder trabajar para sostener a su familia.
“Que se pongan de acuerdo los dos países entre México y Estados Unidos, los presidentes Joe Biden y López Obrador, que nosotros no aguantamos la pobreza y por eso, salimos de ahí, que se pongan la mano en la conciencia porque somos pobres y gente trabajadora, no andamos haciendo desmadre y nada de eso, vamos a trabajar a echarle ganas, si ellos, llegan a un acuerdo para beneficiarlos sería bueno”
La caravana de migrantes conserva sus 10.000 migrantes, pero se encuentran dispersos en Escuintla, Mapastepec, Pijijiapan y Arriaga, quienes han tomado transporte para no desgastarse físicamente mientras que el grueso de unos 6.000 están en Escuintla.
De acuerdo al activista mexicano, van a salir a las tres de la madrugada con destino a Mapastepec donde caminarán unos 35 kilómetros y se establecerán por un periodo de 24 horas para que el Instituto Nacional de Migración (INM), les dé un sí o un no.
Porque si no tienen una solución positiva del gobierno mexicano, seguirán caminando en este éxodo de la pobreza hasta salir caminando de Chiapas.
Jonas Sosa, es un migrante venezolano, que forma parte de unas 700 personas de grupos vulnerables que podrían darles una visa por razones humanitarias, debido a su discapacidad. Este migrante, salió de Tapachula, caminando apoyado de sus muletas y comentó que ya no aguanta caminar más kilómetros por sus prótesis que lo han debilitado.
“Ya es hora que nos tomen atención a nosotros a las personas con discapacidad, están viendo el esfuerzo tan grande que estamos haciendo caminando tantos kilómetros con nuestra discapacidad para llegar hasta aquí, yo al menos ya no aguanto a caminar más, quisiera que nos ayudarán y se pongan la mano en el corazón por favor, la gente de migración y del gobierno los que tienen la capacidad para ayudarnos”.
Sosa, viaja con sus hijos y su esposa, sin embargo, no ha perdido la fuerza, la esperanza de seguir avanzando, sin embargo, dijo que es necesario que las autoridades les otorguen un documento por su condición de persona vulnerable.