El avión presidencial Air Force One aterrizó sobre las 10.55 (07.55 hora local) en Tel Aviv, donde Biden fue recibido por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente, Isaac Herzog, con sendos abrazos.
Biden decidió seguir adelante con esta visita a Israel, pero optó no por no viajar a Jordania, como estaba planeado inicialmente, después de que los líderes árabes cancelaran, por la matanza en el hospital Al Ahli de Gaza, una cumbre cuatripartita en Jordania, a la que iban a acudir también el rey jordano Abdalá II, el presidente palestino, Mahmud Abás, y el mandatario egipcio, Abdelfatah al Sisi.
Según fuentes de Sanidad palestinas, al menos 500 personas murieron por un bombardeo en el centro sanitario que los grupos palestinos atribuyen a la aviación israelí. Israel niega que se produjera una masacre, asegura que el edificio no está destruido, que no ha sufrido daños graves y que únicamente hubo una explosión de menor envergadura en el aparcamiento adyacente causada por un cohete fallido del grupo gazatí Yihad Islámica.El presidente estadounidense condenó anoche el incidente y afirmó que Estados Unidos está recopilando información sobre lo sucedido.
“Inmediatamente después de escuchar esta noticia, hablé con el rey Abdalá II de Jordania y el primer ministro, (Benjamín) Netanyahu, de Israel y le ordené a mi equipo de seguridad nacional que continuara recopilando información sobre lo que sucedió exactamente”, apuntó el mandatario en un comunicado.Estados Unidos, añadió, “defiende inequívocamente la protección de la vida civil durante el conflicto”.
Biden afirmó estar “indignado y profundamente entristecido” por el bombardeo sobre el hospital árabe Al Ahli en Gaza, también conocido como Hospital Bautista, y gestionado por la Iglesia Anglicana.Se espera que por motivos de seguridad la visita de Biden a Israel dure solo unas horas y que se marche hoy mismo de la zona.
Desde el ataque sorpresa de Hamás a Israel, iniciado el 7 de octubre y que causó al menos 1.400 muertos israelíes, EEUU y el propio Biden han reiterado en numerosas ocasiones el compromiso “inquebrantable” del país norteamericano con el Estado israelí y su derecho a defenderse.